«El mayor pecado de Judas no fue traicionar a Jesús, sino haber dudado de su misericordia»

Cantalamessa, predicador pontificio, en San Pedro

Actualizado 18 abril 2014

ReL
Francisco presidió este Viernes Santo por la tarde en la Basílica de San Pedro la celebración de la Pasión y Muerte de Jesús, con el acto central de la adoración de la Cruz y la lectura cantada de la Pasión según San Juan. Es el único día del año en el que los sacerdotes no celebran misa, y durante la ceremonia el Papa, con paramentos rojos, se tiende en el suelo en la nave central en un momento de oración y penitencia, mientras una cruz cubierta con una tela roja preside el altar mayor.

Es también el único día del año en el que se hace una genuflexión ante la Cruz, habitualmente reservada al Santísimo. Y antes de que los cardenales pasasen ante la que se mostró este viernes en San Pedro para besarle los pies, lo hizo Francisco, pero con la peculiaridad de hacerlo sobre el pecho de Jesús, en la lanzada de la que brotaron sangre y agua y símbolo por excelencia de su Misericordia, que habían sido tema central de la homilía.

La predicación correspondió al predicador pontificio desde 1980, el capuchino Raniero Cantalamessa, quien la centró en la figura de Judas Iscariote, el apóstol que traicionó a Jesús. "La primitiva comunidad cristiana reflexionó mucho sobre el asunto y nosotros haríamos mal a no hacer lo mismo. Tiene mucho que decirnos", dijo.

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