Estamos en el norte de Costa de Marfil visitando los proyectos de la ong marista SED en el colegio Marcelino Champagnat, de Korhogó. Hacemos un paréntesis porque nos aconsejan visitar a unas misioneras españolas que viven no muy lejos. Dicho y hecho. Tomamos un largo camino de tierra en dirección al sureste, esperando que los baches no nos hagan interminable el trayecto. A lo largo del viaje nos acompaña el áspero paisaje de esta región del norte del país. Nuestro destino: Komborodougou.

En el Centro de Salud de Komborodougou nos encontramos con varias religiosas de la Caridad de Santa Ana. Este centro lo fundaron en 1980 gracias a la Orden de Malta y, desde entonces, han permanecido al pie del cañón. Malaria, enfermedades gastrointestinales y respiratorias, según la estación del año, son las más comunes.
Alrededor de 80 pacientes se atienden cada jornada en el dispensario. Las hermanas se desviven por ofrecer la mejor calidad asistencial posible, dentro de la escasez de medios en la que se mueven. Los índices de pobreza de Costa de Marfil son estremecedores, aún más en el norte del país. A esto hay que añadir las costumbres ancestrales que hacen que los enfermos pasen antes por brujos y curanderos que por el hospital.
Mejorar la educación

Admirable!!
Gracias...

En el siglo XIII, el mundo europeo asiste a cambios estructurales cada vez más profundos en la vida social, política y económica, con sus nuevas formas de comercio y de comunicación. Uno de estos fenómenos en el campo eclesial es el de los movimientos de las llamadas Órdenes mendicantes, en esta época en la que, en la Europa cristiana, crece el nivel económico de la población: hay quien se enriquece, y hay quien permanece en un estado de indigencia y de pobreza. En este contexto tan sumamente sufrido de cambio epocal, nacen en el seno de la Iglesia movimientos en búsqueda de una autenticidad evangélica. Nace en muchos también el deseo de una vuelta a formas de vida más de acuerdo con la antigua tradición cristiana, y por lo tanto con el Evangelio. Frente a la sociedad europea ya comprometida en un proceso de descristianización, en la Iglesia parecía que se había desgastado el ímpetu misionero de los antiguos monjes, como si fuera parte de una historia antigua.