Un perfil de Jesús: Su obediencia

Si al escuchar Su llamada, le abrimos la puerta de nuestro corazón, Él que es la Luz, entrará en nuestras vidas e iluminará nuestro mundo.

Un perfil de Jesús: Su obediencia

Durante Su vida pública, Jesús, Nos habla de ese amor infinito de Dios al hombre, nos urge a la conversión, a la oración, al perdón y al amor.
Los Evangelistas nos revelan las diferentes facetas del Rabí y al sumergirnos a través de ellas, Su obediencia resulta un contrapunto que hiere nuestras realidades. Y es que Jesús constantemente nos está invitando a seguirle...imitándole. Cada página de Su vida es una constante llamada impregnada de amor y de obediencia.

En un acto de obediencia (Jesús) se somete, voluntariamente, a los designios del Padre, se hace hombre para a través de Su Sacrificio, elevarnos a la condición de Hijos de Dios.
Y es que en el maravilloso Jesús, la obediencia alcanza dimensiones imposibles de comprenderse desde los parámetros del Criterio Humano, pues va más allá de las fronteras de nuestro mundo contemporáneo.

Es que a Jesús hay que vivirlo para sentirlo para entonces verlo. Lo vivimos al reconocer nuestra nada para sentir Su Divinidad y entonces verlo impregnado en cada obra de Su Creación. De este modo el alma, en un génesis de amor, percibe Su grandeza y se impregna de Su obediencia. Es entonces cuando, el ser humano le reconoce y en un acto de arrepentimiento y conversión se entrega a Sus brazos salvíficos para dócil a Su amor y por la gracia del Espíritu Santo, volver a nacer. Es cuando cobran vida aquellas palabras del Evangelio que nos dice: “ Quienes lo recibieron y creyeron en Él, les concedió el privilegio de llegar a ser Hijos de Dios”. ( Jn..1,12).

Gracias a Su obediencia hemos alcanzado privilegio tal. Jesús nos conoce, y siempre, obediente, manso y humilde, continúa Su Salvífica Misión e intercede suplicante al Padre: “Cuídalos con el poder de Tu nombre, el nombre que me has dado. Que estén, completamente unidos, como Tú y Yo”. (Jn. 17,11).

Jesús es así:
Grande como Dios, obediente como Hijo y Misericordioso como Rey.

Se nos presenta HOY en nuestras vidas y nos dice, a ti y a mí, hermano y hermana que me lees:

“VEN Y SIGUEME”, “BAJA ENSEGUIDA”, “MIRA YO ESTOY LLAMANDO A LA PUERTA, SI ALGUIEN OYE MI VOZ Y ABRE LA PUERTA, ENTRARE EN SU CASA Y CENAREMOS JUNTOS”. (Mt. 4,19; Lc. 19,5; Apoc.3,20).

Si al escuchar Su llamada, le abrimos la puerta de nuestro corazón y obedientes (como Él) lo dejamos todo para seguirle bajando de las equívocas alturas donde nos ubican del mundo sus ídolos, entonces y sólo entonces, el que es la Luz, entrará en nuestras vidas e iluminará nuestro mundo, para que, a imagen y semejanza Suya (como fuimos creados) entendamos que :

“Dios es amor, y el que vive en el Amor, vive en Dios y Dios vive en El” según nos enseña Su Palabra.

es.catholic.net/…/articulo.php
Susy Longoria
germenpb, Padre Gerardo 🤗
Y es que en el maravilloso Jesús, la obediencia alcanza dimensiones imposibles de comprenderse desde los parámetros del Criterio Humano, pues va más allá de las fronteras de nuestro mundo contemporáneoMás
germenpb, Padre Gerardo 🤗

Y es que en el maravilloso Jesús, la obediencia alcanza dimensiones imposibles de comprenderse desde los parámetros del Criterio Humano, pues va más allá de las fronteras de nuestro mundo contemporáneo
germanpb
AMEN....CORINTIOS 13....
Germen
Los Evangelistas nos revelan las diferentes facetas del Rabí y al sumergirnos a través de ellas, Su obediencia resulta un contrapunto que hiere nuestras realidades. Y es que Jesús constantemente nos está invitando a seguirle...imitándole. Cada página de Su vida es una constante llamada impregnada de amor y de obediencia.
👏 👍 😇