«El triunfo de Milei, y la Iglesia argentina:
El triunfo de Javier Milei en Argentina puso al descubierto la desnudez, y la indigencia doctrinal y moral de la jerarquía eclesiástica argentina. Mayoritariamente encolumnados tras el perdedor kirchnerista Sergio Massa, los obispos argentinos se sirvieron de los «curas villeros» como arietes contra el candidato libertario. Su inadmisible campaña contra Milei causó estupor, especialmente, entre los más pobres que, sabiamente, ven con malos ojos la militancia partidaria de los curas.
Sacerdotes cancelados, especialmente hostigados por el Papa Francisco, afirman que «gracias a Dios, con este resultado, no vendrá el Papa a la Argentina. Y evitará, de esa forma, que en su «periferia» natal sufra lo que él mismo sembró: divisiones y rencor».
Enorme tarea tiene por delante la cúpula de la Iglesia argentina: volver por sus fueros, rendirse ante la realidad, deponer su soberbia; y frente a tanto postureo, dejar sus devaneos «climatológicos» y globalistas, y anunciar, y dar testimonio de Cristo».
Francisco no solo ha vaciado Roma. También su Argentina natal.
