02:17
Irapuato
84,2 mil
30 mayo Santa Juana de Arco, patrona de Francia. DIOCESISTV May 29, 2008 Santa Juana de Arco, virgen Fiesta: 30 de Mayo (1412-1431) Patrona de Francia y Doncella de Orleáns Guiada por Dios por medio …Más
30 mayo Santa Juana de Arco, patrona de Francia.

DIOCESISTV May 29, 2008 Santa Juana de Arco, virgen
Fiesta: 30 de Mayo


(1412-1431) Patrona de Francia y Doncella de Orleáns
Guiada por Dios por medio de locuciones interiores, Santa Juana conduce al ejército francés a liberar el país. Finalmente, traicionada, muere en la hoguera. Ella se mantiene siempre fiel a Jesús y la Iglesia.
Irapuato
Collage de nuestro peregrinaje/visita a Sta. Juana de Arco, Sta. Teresita, le Mont St. Michel ...Collage: Pilgrimage to France, 2008
Irapuato
El Evangelio de Hoy Lunes 30 de Mayo 2011
Lecturas del día:
*Lectio Divina (Primera Lectura)
*El Evangelio de hoy
Primera Lectura (Lectio Divina)
Hechos 16, 11-15
Por aquellos días, zarpamos de Tróade y navegamos rumbo a Samotracia;
al día siguiente, hacia Neápolis y de ahí a Filipos, colonia romana y
ciudad principal de la región de Macedonia.
En Filipos nos quedamos unos días. El sábado …Más
El Evangelio de Hoy Lunes 30 de Mayo 2011
Lecturas del día:
*Lectio Divina (Primera Lectura)
*El Evangelio de hoy
Primera Lectura (Lectio Divina)
Hechos 16, 11-15
Por aquellos días, zarpamos de Tróade y navegamos rumbo a Samotracia;
al día siguiente, hacia Neápolis y de ahí a Filipos, colonia romana y
ciudad principal de la región de Macedonia.
En Filipos nos quedamos unos días. El sábado salimos de la ciudad y
nos fuimos por la orilla del río hasta un sitio donde solían tenerse
las reuniones de oración. Allí nos sentamos y trabamos conversación
con las mujeres que habían acudido. Entre las que nos escuchaban,
había una mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, comerciante en
púrpura, que adoraba al verdadero Dios. El Señor le tocó el corazón
para que aceptara el mensaje de Pablo. Después de recibir el bautismo
junto con toda su familia, nos hizo esta súplica: "Si están
convencidos de que mi fe en el Señor es sincera, vengan a hospedarse
en mi casa". Y así, nos obligó a aceptar.
+ Meditatio
En el pasaje que acabamos de leer podemos apreciar cómo para Pablo
toda ocasión es una oportunidad para hacer conocer el Evangelio; de
hecho, busca insistentemente que se presente esta oportunidad. Sin
embargo, nosotros muchas veces actuamos de modo contrario: cuando sale
a la conversación algún tema de fe o de religión preferimos
escabullirnos, con la típica excusa: "En cuestiones de política y
religión no se puede discutir pues nunca se llega a nada".
Pensemos que si este hubiera sido el pensamiento de los primeros
cristianos, todavía nosotros viviríamos en la ignorancia del amor de
Dios. Quizás nosotros no nos sintamos llamados como Pablo a ir a
buscar "por las orillas del río" a aquellos que no conocen a Jesús,
pero lo que por vocación universal tenemos los bautizados es el
aprovechar toda oportunidad que se presenta para anunciar el amor de
Dios.
Aprovecha hoy todas las oportunidades que Dios te presente para hacer
conocer su amor a los demás. Recuerda que la fe nace de la
predicación.
+ Oratio
A veces he querido tener oportunidad para hablar de ti, Señor, pero
ahora me doy cuenta de que en realidad siempre hay oportunidad, sólo
que reconozco que no he sido lo suficientemente valiente para
hacerlo. Espíritu Santo, te pido que me des celo por propagar la
Palabra de Dios y me llenes de nuevo para no dejar pasar ninguna
oportunidad para anunciar el amor y la misericordia que yo mismo he
recibido.
+ Operatio
Hoy pondré mucha atención en cada conversación en la que participe y
aprovecharé para dejar un mensaje y testimonio de la presencia de Dios
en las personas que ahí estén.
Regresar
-------------------------
El Evangelio de hoy
Juan 15, 26-16, 4
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: "Cuando venga el
Consolador, que yo les enviaré a ustedes de parte del Padre, el
Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio de mí y
ustedes también darán testimonio, pues desde el principio han estado
conmigo.
Les he hablado de estas cosas para que su fe no tropiece. Los
expulsarán de las sinagogas y hasta llegará un tiempo, cuando el que
les dé muerte creerá dar culto a Dios. Esto lo harán, porque no nos
han conocido ni al Padre ni a mí. Les he hablado de estas cosas para
que, cuando llegue la hora de su cumplimiento, recuerden que ya se lo
había predicho yo".
+ Reflexión
Jesús, como parte de la preparación final a sus apóstoles antes de la
pasión (que lo podemos decir también para antes de separarse
físicamente de ellos en la Ascensión), los instruyó sobre dos cosas:
la primera y más importante, es que serían revestidos de una fuerza
interior que los convertiría en auténticos testigos de su amor y de su
Reino; por otro lado, que el convertirse en auténticos testigos los
llevará a afrontar una serie de dificultades, incluso a perder la vida
como prueba de fidelidad. Estos dos elementos han estado presentes
siempre en la Iglesia: el testimonio de Cristo, Mesías, llevado hasta
las últimas consecuencias, y la presencia activa del Espíritu que
conforta, anima, e impulsa a testificar que Jesús es el Señor y que
solo en él hay Vida en Abundancia.
Quizás sería bueno esta semana reflexionar sobre la eficacia de
nuestro testimonio ante los demás. Nuestro testimonio con
nuestros compañeros de trabajo y en nuestra misma familia. Y por otro
lado, hacernos conscientes de la presencia activa del Espíritu que
obra en nosotros y nos asegura que sólo en Jesús hay vida.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.
Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Pbro. Ernesto María Caro
3 más comentarios de Irapuato
Irapuato
Película Sta. Juana de Arco: Saint Joan of Arc, 1948
en inglés y espanyol
Irapuato
👏 Mi pequenyo tributo a Sta. Juana: Saint Joan of Arc-Visit to Rouen...
Irapuato
👍 !Yo también, Josefina--CUANTO SUFRIÓ y CUANTAS HUMILLACIONES-TODO POR EL AMOR AL CIELO! 👏 👏 👏 👏
48josefina
Admiración, mucha admiración siento hacia Juana de Arco. 👏 👏 👏
Irapuato
🤗 !Buenos días, Josefina!
Irapuato
Santa Juana de Arco, virgen Fiesta: 30 de Mayo (1412-1431) Patrona de Francia y Doncella de Orleáns Guiada por Dios por medio de locuciones interiores, Santa Juana conduce al ejército francés a liberar el país. Finalmente, traicionada, muere en la hoguera. Ella se mantiene siempre fiel a Jesús y la Iglesia. Santa Juana de Arco nació en día de la Epifanía de 1412, en Domrémy, pequeño pueblecito …Más
Santa Juana de Arco, virgen Fiesta: 30 de Mayo (1412-1431) Patrona de Francia y Doncella de Orleáns Guiada por Dios por medio de locuciones interiores, Santa Juana conduce al ejército francés a liberar el país. Finalmente, traicionada, muere en la hoguera. Ella se mantiene siempre fiel a Jesús y la Iglesia. Santa Juana de Arco nació en día de la Epifanía de 1412, en Domrémy, pequeño pueblecito de Champagne, a orillas de la Mosa, Francia. Su padre, Jacobo d’Arc, era un hacendado de cierta importancia, hombre bueno, frugal y un tanto huraño. La madre de Santa Juana, que amaba tiernamente a sus cinco hijos, educó a sus dos hijas en los quehaceres domésticos. Santa Juana declaró más tarde: "Sé cocer e hilar como cualquier mujer". Pero nunca aprendió a leer ni a escribir. Los vecinos de la familia, en el proceso de rehabilitación de la santa, dejaron testimonios conmovedores de la piedad y ejemplar conducta de la joven. Tanto los sacerdotes que la conocieron como sus compañeros de juegos, atestiguaron que le gustaba ir a orar a la Iglesia, que recibía con frecuencia los sacramentos, que se ocupaba de los enfermos y era particularmente bondadosa con los peregrinos, a los que más de una vez, cedió su lecho. Según uno de los testigos "era tan buena, que todo el pueblo la quería." Por lo que parece Santa Juana tuvo una infancia feliz, aunque un tanto turbada por los desastres que asolaban el país y por el constante peligro de un ataque armado sobre la población de Domrémy, situada en la frontera de Lorena. Antes de emprender su gran empresa, Santa Juana tuvo que huir, por lo menos una vez, con sus padres, a la población de Neufchatel, a trece kilómetros de distancia, para escapar de las manos de los piratas borgoñones que saquearon Domrémy. Santa Juana era todavía muy niña cuando Enrique V de Inglaterra invadió Francia, asoló Normandía y reclamó la corona de Carlos VI. Francia se hallaba en aquel momento dividida por la guerra civil entre los partidarios del duque de Borgoña y el duque de Orleáns, de suerte que no había podido organizar rápidamente la resistencia. Por otra parte, después de que el duque de Borgoña fue traidoramente asesinado por los hombres del delfín, los borgoñeses se aliaron con los ingleses, que apoyaban su causa. La muerte de los monarcas rivales, ocurrida en 1422, no mejoró la situación de Francia. El duque de Bedford, regente del monarca inglés, prosiguió vigorosamente la campaña y las ciudades cayeron, una tras otra, en manos de los aliados. entre tanto, Carlos VII, o el delfín, como se insistía en llamarle, consideraba la situación perdida sin remedio y se entregaba a frívolos pasatiempos en su corte. A los catorce años de edad, Santa Juana tuvo la primera de las experiencias místicas que habían de conducirla por el camino del patriotismo hasta la muerte en la hoguera. Primero oyó una voz, parecía hablarle de cerca, y vio un resplandor; más tarde, las voces se multiplicaron y la joven empezó a ver a sus interlocutores, que eran , entre otros, San Miguel Arcángel, Santa Catalina y Santa Margarita. Poco a poco, le explicaron la abrumadora misión a que el cielo la tenía destinada: ¡Ella, una simple campesina debía salvar a Francia! Para no despertar la cólera de su padre, Santa Juana mantuvo silencio. Pero, en mayo de 1428, las voces se hicieron imperiosas y explícitas: la joven debía presentarse ante Roberto de Baudricourt, comandante de las fuerzas reales, en la cercana población de Vaucouleurs. Santa Juana consiguió que un tío suyo que vivía en Vaucouleurs, la llevase consigo. Pero Baudricourt se burló de sus palabras y despidió a la doncella, diciéndole que lo que necesitaba era que su padre le diese unas buenas nalgadas. En aquel momento, la posición militar del rey era desesperada, pues los ingleses atacaban Orleáns, el último reducto de la resistencia. Santa Juana volvió a Domrémy, pero las voces no le dieron descanso. Cuando la joven respondió que era una campesina que no sabía ni montar a caballo, ni hacer la guerra, las voces le replicaron: "Dios te lo manda." Incapaz de resistir a este llamamiento, Santa Juana huyó de su casa y se dirigió nuevamente a Vaucouleurs. El escepticismo de Baudricourt desapareció cuando recibió la noticia oficial de una derrota que Santa Juana había predicho; así pues, no sólo consintió en mandarla a ver al rey, sino que le dio una escolta de tres soldados. Santa Juana pidió que le permitieran vestirse de hombre para proteger su virtud. Los viajeros llegaron a Chinon, donde se hallaba en monarca, el 6 de marzo de 1429; pero Santa Juana no consiguió verle sino hasta dos días después. Carlos se había disfrazado para desconcertar a Santa Juana; pero la doncella le reconoció al punto por una señal secreta que le comunicaron las voces y que ella transmitió sólo al rey. ello bastó para persuadir a Carlos VII del carácter sobrenatural de la misión de la doncella. Santa Juana le pidió un regimiento para ir a salvar Orleáns. El favorito del rey, la Trémouille, y la mayor parte de la corte, que consideraban a Santa Juana como una visionaria o una impostora, se opusieron a su petición. Para zanjar la cuestión, el rey decidió enviar a Santa Juana a Poitiers a que la examinara una comisión de sabios teólogos. Al cabo de un interrogatorio que duró tres semanas por lo menos, la comisión declaró que no encontraba nada que reprochar a la joven y aconsejó que el rey se valiese, prudentemente, de sus servicios. Santa Juana volvió entonces a Chinon, donde se iniciaron los preparativos para la expedición que ella debía encabezar. El estandarte que se confeccionó especialmente para ella, tenía bordados los nombres de Jesús y de María y una imagen del Padre Eterno, a quien dos ángeles le presentaban. de rodilla, una flor de lis. La expedición partió de Blois, el 27 de abril. Santa Juana iba al a cabeza, revestida con una armadura blanca. A pesar de algunos contratiempos, el ejército consiguió entrar en Orleáns, el 29 de abril y su presencia obró maravillas. Para el 8 de mayo, ya habían caído los fuertes ingleses que rodeaban la ciudad y, al mismo tiempo, se levantó el sitio. Santa Juana recibió una herida de flecha bajo el hombro. Antes de la campaña, había profetizado todos estos acontecimientos, con las fechas aproximadas. La doncella hubiese querido continuar la guerra, pues las voces le habían asegurado que no viviría mucho tiempo. Pero La Trémouille y el arzobispo de Reims, que consideraban la liberación de Orleáns como obra de la buena suerte, se inclinaban a negociar con los ingleses. Sin embargo, se permitió a Santa Juana emprender una campaña en el Loira con el duque de Alencon. La campaña fue muy breve y dio el triunfo aplastante sobre las tropas de Sir John Fastolf, en Patay. Santa Juana trató de coronar inmediatamente al delfín. El camino a Reims estaba prácticamente conquistado y el último obstáculo desapareció con la inesperada capitulación de Troyes. Los nobles franceses opusieron cierta resistencia; sin embargo, acabaron por seguir a la santa a Reims, donde, el 17 de julio de 1429, Carlos VII fue solemnemente coronado. Durante la ceremonia, Santa Juana permaneció de pie con su estandarte, junto al rey. Con la coronación de Carlos VII terminó la misión que las voces habían confiado a la santa y también su carrera de triunfos militares. Santa Juana se lanzó audazmente al ataque de París, pero la empresa fracasó por la falta de los refuerzos que el rey había prometido enviar y por la ausencia del monarca. La santa recibió una herida en el muslo durante la batalla y, el duque de Alencon tuvo que retirarla casi a rastras. La tregua de invierno que siguió, la pasó Santa Juana en la corte, donde los nobles la miraban con mal disimulado recelo. Cuando recomenzaron las hostilidades, Santa Juana acudió a socorrer la plaza de Compiegne, que resistía a los borgoñones. El 23 de mayo de 1430, entró en la ciudad y ese mismo día organizó un ataque que no tuvo éxito. A causa del pánico, o debido a un error de cálculo del gobernador de la plaza, se levantó demasiado pronto el puente levadizo, y Santa Juana, con algunos de sus hombres, quedaron en el foso a merced del enemigo. Los borgoñeses derribaron del caballo a la doncella entre una furiosa gritería y la llevaron al campamento de Juan de Luxemburgo, pues uno de sus soldados la había hecho prisionera. Desde entonces hasta bien entrado el otoño, la joven estuvo presa en manos del duque de Borgoña. Ni el rey ni los compañeros de la santa hicieron el menor esfuerzo por rescatarla, sino que la abandonaron a su suerte. Pero, si los franceses la olvidaban, los ingleses en cambio se interesaban por ella y la compraron, el 21 de noviembre, por una suma equivalente a 23,000 libras esterlinas, actualmente. Una vez en manos de los ingleses, Santa Juana estaba perdida. Estos no podían condenarla a muerte por haberles derrotado, pero la acusaron de hechicería y de herejía. Como la brujería estaba entonces a la orden del día, la acusación no era extravagante. Además, es cierto que los ingleses y los borgoñeses habían atribuido sus derrotas a conjuros mágicos de la santa doncella. Los ingleses la condujeron, dos días antes de Navidad, al castillo de Rouen. Según se dice sin suficiente fundamento, la encerraron, primero, en una jaula de acero, porque había intentado huir dos veces; después la trasladaron a una celda, donde la encadenaron a un poyo de piedra y la vigilaban día y noche. El 21 de febrero de 1431, la santa compareció por primera vez ante un tribunal presidido por Pedro Cauchon, obispo de Beauvais, un hombre sin escrúpulos, que esperaba conseguir la sede arquiepiscopal de Rouen con la ayuda de los ingleses. El tribunal, cuidadosamente elegido por Cauchon, estaba compuesto de magistrados, doctores, clérigos y empleados ordinarios. En seis sesiones públicas y nueve sesiones privadas, el tribunal interrogó a la doncella acerca de sus visones y "voces", de sus vestidos de hombre, de su fe y de sus disposiciones para someterse a la Iglesia. Sola y sin defensa, la santa hizo frente a sus jueces valerosamente y muchas veces los confundió con sus hábiles respuestas y su memoria exactísima. Una vez terminadas las sesiones, se presentó a los jueces y a la Universidad de Paría un resumen burdo e injusto de las declaraciones de la joven. En base a ello, los jueces determinaron que las revelaciones habían sido diabólicas y la Universidad la acusó en términos violentos. En la deliberación final el tribunal declaró que, si no se retractaba, debía ser entregada como hereje al brazo secular. La santa se negó a retractarse a pesar de las amenazas de tortura. Pero, cuando se vio frente a una gran multitud en el cementerio de Saint-Ouen, perdió valor e hizo una vaga retractación. Digamos, sin embargo, que no se conservan los términos de si retractación y que se ha discutido mucho sobre el hecho. La joven fue conducida nuevamente a la prisión, pero ese respiro no duró mucho tiempo. Ya fuese por voluntad propia, ya por artimañas de los que deseaban su muerte, lo cierto es que Santa Juana volvió a vestirse de hombre, contra la promesa que le habían arrancado sus enemigos. Cuando Cauchon y sus hombres fueron a interrogarla en su celda sobre lo que ellos consideraban como una infidelidad, Santa Juana, que había recobrado todo su valor, declaró nuevamente que Dios la había enviado y que las voces procedían de Dios. Según se dice, al salir del castillo, Cauchon dijo al Conde de Warwick: "Tened buen ánimo, que pronto acabaremos con ella". El martes 29 de mayo de 1431, los jueces, después de oír el informe de Cauchon, resolvieron entregar a la santa al brazo secular como hereje renegada. Al día siguiente, a las ocho de la mañana, Santa Juana fue conducida a la plaza del mercado de Rouen para ser quemada en vida. Cuando los verdugos encendieron la hoguera, Santa Juana pidió a un fraile dominico que mantuviese una cruz a la altura de sus ojos. Murió rezando. Invocaba al Arcángel San Miguel, al cual siempre le había tenido gran devoción e invocando el nombre de Jesús tres veces, entregó su espíritu al Señor. La santa no había cumplido todavía los veinte años. Sus cenizas fueron arrojadas al río Sena. Más de uno de los espectadores debió haber hecho eco al comentario amargo de Juan Tressart, uno de los secretarios del rey Enrique "¡Estamos perdidos! ¡Hemos quemado a una santa!" Veintitrés años después de la muerte de Santa Juana, su madre y dos de sus hermanos pidieron que se examinase nuevamente el caso, y el Papa Calixto III nombró a una comisión encargada de hacerlo. El 7 de julio de 1456, el veredicto de la comisión rehabilitó plenamente a la santa. Más de cuatro siglos y medio después, el 16 de mayo de 1920, Juana de Arco fue solemnemente canonizada por el Papa Benedicto XV. Santa Juana de Arco, ¡ruega por nosotros! www.corazones.org/santos/juana_arco.htm