El obispo de Coira, Joseph Maria Bonnemain del Opus Dei, ha sido fuertemente criticado estos días por los sectores progresistas de su diócesis de la Iglesia suiza por asistir al funeral de su antecesor.
El obispo se ha visto obligado a emitir un comunicado para justificar su presencia en el funeral del obispo Vitus Hounder quien decidió -acordado con el Papa Francisco- poder retirarse a vivir en una casa de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
El obispo Hounder dejó escrito en sus últimos deseos que quería ser enterrado cerca de Marcial Lefevre y con en la catedral, lugar donde están enterrados el resto de obispos de la diócesis de Coira. Este último deseo de Hounder provocó el plantó de todos los demás obispos suizo. Ninguno acudió a la sede de la FSSPX para su funeral, solo el obispo Bonnemain.
En el comunicado difundido por la página web diocesana, el obispo del Opus Dei confirma que en los últimos días había recibido «recomendaciones, advertencias y declaraciones de diversas formas» sobre su participación en el funeral de Hounder.
El obispo Bonnemain defendió su presencia pero dejando claro que él desde el principio lamentó que decidiera pasar los últimos años de su vida en Wangs y que deseara ser enterrado en la iglesia del seminario de la Fraternidad Sacerdotal San Pío X.
Según Bonnemain, «la Fraternidad San Pío X tiene un estatus irregular en la Iglesia Católica». Es por ello que aunque acudió al funeral, no participó activamente en la celebración litúrgica. «Cuando, como obispo de Chur, asisto al funeral de un ex obispo diocesano de la diócesis, lo hago en la postura en la que estoy ante la tumba de cualquier persona. No me corresponde a mí juzgar la vida y el trabajo. Sólo Dios conoce nuestros motivos e intenciones», zanja el prelado suizo.
Además, señala que el estatus canónico de la FSSPX «no tiene nada que ver con las viejas heridas y tensiones en la diócesis de Coira. Ya es hora de que los dejemos atrás y demos un paso hacia adelante. Si nosotros en la Iglesia católica no estamos preparados para actuar de esta manera, ya no podremos hablar con credibilidad sobre la reconciliación, la paz y la fraternidad».
Quien también asistió al funeral, fue el obispo emérito de Coira, Marian Eleganti.
